7/4/11

La generación Sin.


Resulta que uno no disfrutó mucho de los “felices 2000”. Durante esos años de especulación inmobiliaria y bursátil andaba uno sacándose una carrera universitaria. Una de esas que ya al entrar te dicen que vas a ir derecho al paro. Pero claro, eran los “felices 2000” y uno pensaba que lo de acabar en el paro estaba algo complicado. Al fin y al cabo tus amigos que no estaban estudiando estaban trabajando. Así que pensabas que tú cuando terminases la carrera también podrías trabajar con uno de esos contratos precarios que te hiciese la ETT de turno y luego, ya verías que hacías con tu vida.

Pero se acabó la especulación. La tasa de desempleo juvenil es del 40%. Ahora muchos jóvenes no sólo seguimos sin poder salir de la casa de nuestros padres. Ahora, los mismos que hicieron que no pudiéramos irnos de casa han conseguido que cuatro de cada diez jóvenes nos sea imposible encontrar trabajo y por tanto dependamos para casi todo de nuestros padres. De esos padres que se dejaron parte de su sueldo para que durante cinco años su hijo o su hija pudiesen dedicarse solo a estudiar. Muchos de ellos durante su juventud no tuvieron esa oportunidad y quisieron dársela a sus hijos en un gesto que les honra. Pero ahora resulta que de poco les sirvió ya que les dicen que serán la primera generación en vivir mejor que sus hijos.

Con todos nosotros han jugado, con nuestras ilusiones de adolescentes. Las ilusiones de una juventud que salió a la calle contra la Guerra de Irak, pidiendo responsabilidades por la catástrofe del Prestige, reclamando una vivienda digna, contra los bombardeos del ejercito israelí, reclamando espacios propios en las ciudades, a favor una educación pública y de calidad...
...esa misma juventud hoy volverá a salir a la calle y esa misma juventud cada vez tiene menos miedo.