4/12/10

Nuestros amigos: los controladores.


Pues bien, los controladores la han vuelto a armar y esta vez, más que nunca.

Probablemente, una de las cosas que más jodan “la existencia” a un joven (y también a los no tan jóvenes) de clase media es tener un vuelo barato reservado desde hace meses con la intención de poder conocer una nueva ciudad o ir a visitar a sus amigos que viven en el extranjero y no poder hacerlo. Además, tenemos que contar a toda la gente que necesariamente necesita de verdad coger un avión y ya no solo por negocios… todos habréis leído, visto o escuchado algún caso estas últimas horas. A mí, los que más me han llamado la atención han sido el de una madre canaria que no podía traer a su hija a la Península para que la operasen de un tumor y una pareja que no podía viajar para realizar un juicio en el extranjero que tenían con motivo de una adopción.

Una vez, alguien me dijo que los únicos sindicatos que servían para algo eran los corporativos porque eran los únicos capaces de movilizar a un sector. Efectivamente, como estamos viendo o como vimos en la huelga de metro de Madrid (aunque no son muy comparables los dos casos) son capaces de hacerlo. Pero también son capaces de, luego, cuando el resto de trabajadores les piden su apoyo darles la espalda. Al final, sólo va a tener derecho a hacer huelga el que pueda joder a los demás haciéndola y eso, no está muy bien. Y es que, el que se sube todos los días a un andamio también hace muchas horas extras, pero su huelga, aparte de joderle a él y a su familia, a poca gente más lo hace.

En fin, tampoco me gusta mucho lo del “estado de alarma”, creo que puede crear un precedente que no venga nada bien en otros casos. Pero bueno, es lo que tienen las prisas, supongo.


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